26 de febrero de 2018

Happy Birthday!!!

Hoy cumplo años y lo celebro.
De buena mañana mi querida amiga Eva me ha felicitado con este video que me ha sacado sonrisa ancha y me ha tocado el cuore.
Lo comparto con ustedes. Disfrútenlo, sonrían y quiten densidad al día de hoy.
Gracias, mi querida Corsaria Rebelde, por todo. Por Estar y Ser.




Cada año que pasa
es un paso más
hacia la amargura
o la celebración.

Me quedo hoy
contemplando el sol,
que promete primavera,
desde este lado de mi mundo.

Lo comprendo:
vivir es morir
en el acto cotidiano de la vida.
Pero hoy vuelvo a celebrar los días.

Por la familia y los amigos
que fueron y algunos, quedan.
Por mí misma y lo que venga.
Porque hoy es hoy y eso basta.

Una celebración por la vida.
Una celebración porque seguimos.

-Verónica Calvo-


21 de febrero de 2018

Te llamo

-Imagen Duy Huynh-
Te sigo llamando
cuando los días se oscurecen
o yo misma me vuelvo sangre.

También te llamo
cuando hay una tregua
entre los solsticios.

Así me respondas o no,
te dejo mis palabras en el aire
o en el silencio que me habita.

Y te seguiré llamando,
en esta danza de la vida,
escuchando tu voz,
allí donde no hay sonido.

-Verónica Calvo-

(A mi padre, en su memoria)

12 de febrero de 2018

Que fluya

Que fluya ese cielo
vestido de estrellas.
Que los recuerdos apoyen.
Que si tú estás en ello,
dos veces bueno
y yo estoy en ello.

Que fluya la magia
de los deseos, los sueños,
lo realizable y posible
que sea y que venga.

Que fluya lo bueno.
Y ¿quiénes estamos en ello?
Por un momento
me permito creer en todo esto.


-Verónica Calvo-

8 de febrero de 2018

Hoja de roble

-Imagen tomada de la red-

Miró incrédula a la rama
y a viva voz preguntó:
¿Cómo es posible
que aquí abajo me encuentre,
desunida de ti, y entre
la muerta hojarasca me quede
sin aire que me lleve?
Y el roble simplemente suspiró sereno:
Es ley de vida que así sea.

Más la pobre hoja desprendida
no podía asumir su desdicha
y volvió a hablar ahora quejumbrosa:
No puedo quedar aquí en el olvido.
Tierra poblada de secas hojas
en ellas te contemplo,
como a ese cielo tan azul
que hace que sienta ganas de llorar.
Imploro al viento que venga,
que me eleve y me lleve a otro lugar,
lejos de tu presencia desleal.
Porque unida a ti estaba
procurándote alivio y vida
y ahora aquí nada soy ya.

Pero el roble calló imperturbable.
El aire no compareció
y la hoja día a día fue secándose
mirando al roble y llorando celeste cielo.

Pasó el tiempo y en humus se transformó.
Nunca supo que su sino era ese:
acabar siendo una con Madre Tierra.

-Verónica Calvo-

(29 de septiembre de 2012)

4 de febrero de 2018

Máximas mínimas 2


-Imagen Katia Chausheva-
I.

Manifiéstate,
cúbreme y lléname.
Haz que vuelva a creer
que existes, alegría.


II.

Divagar entre paseos o poemas.
Poetizar mientras paseas.
De la muerte a la vida
por un momento de alegría.


III.

Y de aquella vida,
esta muerte.
Y de esta muerte,
este renacer.
Es cierto:
queda camino.


-Verónica Calvo-